Crítica serie belga «Operación éxtasis»

 

Los que me leéis con frecuencia ya sabéis que he derrochado elogios por series belgas como Enemigo público, Hotel Beau sejour etc… Aunque también he tenido que repartir algún palo, desmarcándome de la corriente de opinión dominante, cuando el guión ya no es tan coherente y el final tiene trampa, como Tabula rasa  Immerecidamente quizá la más conocida.

En cualquier caso Bélgica sigue siendo una reserva de buena televisión y un ejemplo al que países con más medios como el nuestro se ven incapaces de seguir donde los thrillers que nos dan son de una calidad ínfima. Y no será porque en España no tenga la posibilidad de retratar el mundo del narcotráfico en la costa andaluza, hoy tan de moda en las noticias.

Eso hace Operación éxtasis, reflejar lo que ocurre en la frontera entre Bélgica y Holanda, donde el tráfico de drogas está descontrolado. Una ciudad como Limburg, donde se ambienta la serie, trafica con drogas por valor de 2000 millones de euros anuales. Casi nada.

A la serie se le puede acusar de tener una premisa poco original. Una pareja de policías que tratan de infiltrarse en una banda de narcos para desmantelarla desde dentro, mientras el  líder de dicha banda hace lo mismo corrompiendo a otro policía para que lo mantenga informado como topo dentro de la comisaría. Un juego que ya vimos magistralmente en la película de Scorsese, Infiltrados. Incluso ahora mismo está en Inglaterra en emisión otra serie con el mismo punto de partida, Informer, de la que hablaré cuando termine.

A favor de la serie belga está que consigue coger un ritmo que te atrapa desde el comienzo y no lo suelta hasta el final, sin sufrir ningún bache en el camino. Se toma su tiempo con acierto para construir la psicología de los personajes. No va a ser llegar los policías y ganarse la confianza de los narcos. Tendrán que currarse esa confianza con muchos altibajos, empezando desde abajo y escalando en la jerarquía de la banda.

Bob Lemmens, un policía belga que ya ha trabajado antes como infiltrado y sabe el desgaste mental y familiar que supone y una novata policía holandesa, Jim de Rooij, llena de ardor por cumplir su misión, deben fingir ser pareja y acercarse al entorno de Ferry Bouman, líder de una banda de narcotraficantes cuyo lugarteniente es el siempre desconfiado John Zwart. En una carrera por obtener pruebas que desmantelen la banda antes de que el corrupto policía Walter Devors los descubra e informe a Ferry.

Aunque la premisa no es original, el desarrollo de la trama no carece de ciertas sorpresas. Especialmente la sub-trama que se teja entre  Jim y la  la neurótica esposa de Ferry, Daniella Bouman,  un personaje al que se pueden encontrar algunas semejanzas con Carmela Soprano. (como bien puede apreciarse abajo en la foto)

Engancha. Tiene ritmo y suspense, no mete con calzador giros de guión. No necesita pirotecnia para atraparte. Pausada y realista para ir desvelando la psicología de los personajes y evolucionando las tramas. Su falta de originalidad creo que queda compensado por todo esto.

Muy bien los actores. Metidos en sus personajes. Para mí desconocidos. Ni siquiera los había visto en las series que cité antes, pero que cumplen sobradamente. Disponible en el catálogo de Netflix, cuyos derechos de distribución internacional ha comprado. Para quien le gusten los thrillers de este tipo, Operación Éxtasis merece la pena.

 

NOTA: 6