Crítica comedias «Ted Lasso» y «Dos balas muy perdidas»

No sé muy bien por donde comenzar. Sigo sin poder recomendar ningún estreno. Entre que es agosto y el retraso en el calendario de estrenos, lo mejor de este fin de semana han sido dos comedias bastante tontorronas.

Empiezo quizá por la que tiene más nombre. Ted Lasso, quizá guste a los seguidores del actor Jason Sudeikis, suponiendo que exista esa categoría. En general la comedia se mueve en los parámetros habituales de la comedia de Hollywood, que para mi gusto son bastante bajos. Como acabar sin tu jefe es quizá su película más conocida. Pues ese es el nivel de la serie.

La idea es idiota y se supone que de por si la premisa es divertida. Que un entrenador de fútbol americano llegue como nuevo entrenador de fútbol a un equipo histórico de la Premier league, debería ser gracioso. Y lo es si tienes diez años y te hace gracia que Ted confunda las reglas de uno y otro deporte, o que alterne ese tipo de gangs, con otros en donde se muestra el contraste cultural entre uno y otro país. Así para Ted, el té es agua putrefacta… sí, el chiste a costa de la bebida nacional británica tendría gracia de no ser que lo han contado mil veces. Pero eso es lo que ofrece la serie,

Jason Sudeikis retoma un personaje que escribió para la NBC Sports como la previa de la retrasmisión de los partidos de la premier en EEUU y quizá por eso el humor de la serie no es el sofisticado humor inglés y si el más simplón americano. Así que de inglesa la serie tiene poco y se enfoca más en el público americano.

En resumen. Los jugadores le ningunean, los aficionados están histéricos y la nueva dueña del club sueña con hundir al equipo de su ex marido en venganza por ponerle este los cuernos y su mejor idea ha sudo contratar al patoso pero entrañable Ted Lasso.

Los que me seguís habitualmente recordaréis que hace año y medio escribí sobre una serie noruega donde una mujer se convertía en la primera entrenadora de un club de futbol masculino. Heimebane. Pues aprovecho para recomendarla a quien quiera ver una serie de fútbol.

Mal. Suspenso para Apple TV, cuyo fuerte desembolso en producción propia no se está traduciendo precisamente en muchos éxitos. Ya solo le faltaba convertirse en otra ONG audiovisual y dar el visto bueno a proyectos que difícilmente tienen potencial.

NOTA: 3

Peor todavía la última comedia juvenil de Netflix. Dos balas muy perdidas es tan infantil que parece una serie de Disney nivel Hannah Montana.

De nuevo otra idea estúpida hecha guión. Dos adolescentes descubren que se les da bien ser cazarrecompensas. Así que con la ayuda de un cazarrecompensas profesional, quien las subcontrata, deciden dedicarse a ello. Tan tonto como suena.

En la serie las cosas pasas porque sí. No se sabe de donde sacan las armas, ni de donde han aprendido sus trucos para derribar a matones que les sacan dos cuerpos. Su premisa para hacer humor es parodiar al votante republicano del estado de los Busch, Georgia. Se ríen de sus valores cristianos, lo que me parece bien si fuera con un humor inteligente y parodian el nivel de vida de las clases altas a la que ellas pertenecen.

Por eso Sterling y Blair van a un colegio privado para niños pijos y por eso Blair es la Guía Espiritual de la Congregación del instituto y finge ser como el resto de compañeros cuando en realidad se tira a su novio, que no es capitán del equipo de fútbol americano, sino que como es Georgia, lo es del equipo de golf. Muy elaborado el chiste…

Por lo demás, un humor eficaz si tienes diez años. Las actrices, pese a no ser conocidas, son lo único que se medio salva de la serie, sobretodo por las ganas que le ponen. Otra estupidez sin gracia de Netflix, cada vez más «disneylizada» centrada en el público adolescente y en despilfarrar recursos en producciones que es imposible que quien las vea, las recuerde en un año.

NOTA: 3

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